domingo, 4 de mayo de 2014

Marcelino Menéndez Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles


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Tomo II  |  PDF  |  EPUB  |  MOBI  |
Tomo III  |  PDF  |  EPUB  |  MOBI  |

Un maduro Marcelino Menéndez Pelayo (1856-1912) publica en 1910 la que considera edición definitiva de esta obra suya, «la más solicitada, aunque no sea ciertamente la que estimo más». La edición original se había publicado entre 1880 y 1882, en los primeros años de esa etapa de la historia de España a la que convencionalmente llamamos la Restauración, y produjo una considerable polémica en el mundo intelectual. Aceptando plenamente los planteamientos nacionalistas de la época, suponía un opuesto, un reflejo en el espejo de la ya canónica Historia de Modesto Lafuente. Si ésta representaba a la perfección la visión liberal-progresista del pasado hispánico, la Historia de los Heterodoxos va a poner el centro y punto de partida de su análisis en la cosmovisión cristiana y en el papel de la Iglesia, que durante medio siglo había sido criticada, discriminada, o directamente rechazada como aliada y sustento del oscurantismo ideológico y político, enemiga de las luces y de la libertad.

La obra es una historia del pensamiento, de las creaciones intelectuales que se han forjado en la península Ibérica a lo largo de los siglos, para explicar la realidad del mundo y del hombre; es decir, las ideas religiosas y filosóficas. Pero, como reacción al pensamiento entonces dominante, es una obra de combate, con un planteamiento inicial que se proclama desde su arranque: la abundancia de resultados fecundos en el campo ortodoxo en contraposición con su escasez y carácter endeble en el heterodoxo. Ahora bien, si los liberales han forjado una visión de España que desde sus orígenes lucha y defiende su Libertad (Viriato, don Pelayo, Villalar, Lanuza, el Dos de Mayo, Riego...), Menéndez Pelayo va a oponer una España igual de intemporal, que desde sus orígenes defiende y expande su Fe (los mártires, los Concilios de Toledo, la Reconquista, Trento, la cristianización de América...).

La Historia de los heterodoxos españoles podría haber sido una obra polémica más, destinada exclusivamente a la confrontación (y por tanto con fecha de caducidad), como tantas otras de la época que acuñó la expresión novela de tesis. Sin embargo posee valores relevantes en sí misma, que le hacen superar las limitaciones de  las circunstancias de su creación. En primer lugar, Menéndez Pelayo es un poderoso investigador que agota, reúne y analiza las fuentes disponibles, con considerable espíritu crítico. En segundo lugar, su curiosidad es omnímoda: su acercamiento comprensivo a los más peregrinos personajes los humaniza y, en contra de sus planteamientos previos, nos los hace en muchos casos atractivos (véase a Arnaldo de Vilanova, por ejemplo). Y en tercer lugar, está excelentemente escrita.

Pero es que además, hay que leerla como lo que es, una obra redactada durante la única etapa liberal del siglo XIX español en la que se alcanza la estabilidad, el respeto al contrario y la alternancia política pacífica (aunque corrupta). Y de ella es muestra fiel. Las abundantes malicias que contiene (por ejemplo, cuando hace un paralelo desfavorable y disímil entre Elipando y Nestorio, y aprovecha para trasladar la misma diferencia de talla intelectual entre el panteísmo de Krause y el de Spinoza o Schelling...) han de entenderse en el seno de una sociedad en la que la divergencia de opinión no impide un trato amistoso entre los oponentes, y una admiración y reconocimiento pleno de sus respectivas obras, sin renunciar a la discrepancia. Las abundantísimas referencias bibliográficas de esta obra son buena muestra de ello.

Tras esta obra de juventud, Menéndez Pelayo llevará a cabo una extensa y muy valiosa obra en el campo de la historia de la literatura, en el de las ideas estéticas... Siempre mantuvo un ingente esfuerzo para mantenerse al día en todos ellos: «Aprovechando, pues, todos los materiales, que he recogido, doy a luz nuevamente la Historia de los Heterodoxos, en forma que para mí habrá de ser definitiva, aunque no dejaré de consignar en notas o suplementos finales las noticias que durante el curso de la impresión vaya adquiriendo o las nuevas correcciones que se me ocurran. No faltará quien diga que con todo ello estropeo mi obra. ¡Como si se tratase de alguna novela o libro de pasatiempo! La Historia no se escribe para gente frívola y casquivana, y el primer deber de todo historiador honrado es ahondar en la investigación cuanto pueda, no desdeñar ningún documento y corregirse a sí mismo cuantas veces sea menester. La exactitud es una forma de la probidad literaria y debe extenderse a los más nimios pormenores, pues ¿cómo ha de tener autoridad en lo grande el que se muestra olvidadizo y negligente en lo pequeño? Nadie es responsable de las equivocaciones involuntarias; pero no merece nombre de escritor formal quien deja subsistir a sabiendas un yerro, por leve que parezca.»

Interior de la Biblioteca Menéndez Pelayo, Santander

Tomo I: Libros I, II y III. Edades Antigua y Media.

Tomo II: Libros IV y V. Siglos XVI y XVII.

Tomo III: Libros VI, VII y VIII. Siglos XVIII y XIX.

4 comentarios:

  1. El enlace al Tomo III no funciona.

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  2. Gracias, un gran servicio a la cultura.

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  3. Agradezco esta contribución con la inclusión de los Heterodoxos de Menendez y Pelayo. Los acabo de descargar y los leeré con mucho gusto. Siempre había tenido dificultad para conseguirlos.

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